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"Dejé el tenis por la actuación”
Pablo Martínez cambió el polvo de ladrillo por los sets de televisión. Quería ser jugador profesional pero Cris Morena lo tocó con su varita mágica y lo transformó en uno de los galanes más promisorios de la pantalla chica. A los 26 años no tiene pareja. Pero asegura que le encantaría enamorarse de alguien que no sepa quién es él y que ame el arte.
"Mis amigos iban a boliches y encaraban chicas y yo no me animaba, me aburría.
Me sentía un tonto. Mi conquista iba por otro lado: juntarme a tomar mate era un buen plan."
"Si tardo una hora en cocinarme, es preferible que viaje a La Plata a comer lo que me haga mi mamá. Bueno, con la comida cambié ese hábito pero con la ropa no. Le llevo la bolsa todos los fines de semanas. (risas)
"Con el paso del tiempo priorizo otras cualidades por sobre la belleza estética. Me encanta que una chica sea buena persona, sencilla, simple en la forma de vestir y para nada materialista".
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